Real Madrid vs Barcelona partido de ida semifinal Copa del Rey
Real Madrid y Barcelona se volverán a ver las caras, pero en esta ocasión es por la semifinal de ida de la Copa del Rey. El duelo se jugará este jueves 2 de marzo en el estadio Santiago Bernabéu.
El primero de los tres clásicos que en un mes protagonizarán Real Madrid y Barcelona, en la ida de las semifinales de la Copa del Rey, se presenta con aroma de revancha para el madridismo tras la derrota sin oposición en la final de la Supercopa de España de enero y como una gran oportunidad de instalar la duda en el equipo de Xavi Hernández, tras dos derrotas consecutivas.
El gran duelo del fútbol español llega marcado por las bajas de futbolistas importantes de Xavi, con la ausencia del genio que marca el ritmo, Pedri, su jugador más desequilibrante Ousmane Dembélé y el goleador Robert Lewandowski, ante un Real Madrid con lecciones aprendidas.
Le faltó «compromiso» y «contundencia» en la final de la Supercopa de España, como reconoció el propio Carlo Ancelotti. Falta de hambre de éxito. La que le sobró al Barcelona para dar el primer título de la ‘era Xavi’. Errores que no puede permitirse un Real Madrid que da valor a la Copa del Rey según va acercándose a la final tras demostrar que quiere la competición. Las remontadas en duelos de alta exigencia, ante el Villarreal y el Atlético de Madrid en las rondas previas, así lo atestiguan.
Encara el clásico como la oportunidad de asestar un golpe que haga mella en su eterno enemigo. Sintiendo su primer momento de duda tras su segunda eliminación europea del curso y el inesperado tropiezo con Almería en una Liga que podía dejar sentenciada. La dificultad de remontar esos siete puntos y la complejidad de jugarse todo a una carta en la Liga de Campeones, aumentan la importancia de la Copa del Rey en la casa blanca.
Los ochos partidos de febrero pasaron factura en el derbi. Un Real Madrid apagado en el físico y cortocircuitado mentalmente, salvó un empate ante el Atlético de Madrid y se mantiene invicto en el estadio Santiago Bernabéu. Ha tenido cinco días para recuperar fuerzas y, de paso, al brasileño Rodrygo Goes, al que tanto añoró en un ataque sin ideas.