Hamilton estuvo a punto de quedar decapitado en el choque con Verstappen si no fuera por este detalle del bólido

Lewis Hamilton vino al mundo el 7 de enero de 1985 en Stevenage, en Inglaterra, pero tuvo otro nacimiento: el 12 de septiembre de 2021 en Monza. El séptuple campeón mundial salvó su vida gracias a las medidas de seguridad de su Mercedes en el polémico toque que tuvo con Max Verstappen en la primera chicana donde ambos abandonaron el Gran Premio de Italia donde se impuso Daniel Ricciardo, en la vuelta al triunfo de McLaren luego de nueve años.

Fue en el giro 26º cuando el inglés se detuvo para cambiar neumáticos. Volvió a pista y se encontró con el neerlandés, que al llegar a la chicana fue por afuera en la curva hacia la derecha y estiró el radio de giro. Los dos se exigieron al máximo y sus autos se tocaron, se fueron a la cama de leca donde el Red Bull se montó sobre el Mercedes.

En la repetición, la cámara súper lenta muestra cómo parte del chasis del coche de Verstappen se rompe sobre el Halo del auto del inglés, que salvó su integridad. Cabe aclarar que al peso del auto (749 kilos) hay que sumarle el del impacto, pero por suerte fue en un lugar de baja velocidad al salir de una chicana. No hubo ninguna consecuencia física para los corredores.

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